El Hospital Asilo de Pradoluengo

En 1901 se inaugura y se pone en marcha

Ampliación Residencia San Dionisio

En 1985 se amplia la residencia

Nuevo edificio San Dionisio II

En 2018 se inaugura un nuevo edificio

Historia del Asilo y Residencia San Dionisio

De 1830 a 1899 - Historia de una familia

Era allá por el año 1830 cuando en Pradoluengo existía una Fábrica de Hilaturas denominada “La Máquina Nueva”.

Encargados de dirigir y administrar dicha fábrica, estaban en calidad de “Mayordomos” el matrimonio formado por Vicente Zaldo Marín y Segunda P. Rivera López, ambos naturales de Pradoluengo. De este matrimonio nacieron nueve hijos todos ellos naturales de Pradoluengo.

Bruno, nacido el 6 de octubre de 1836, con apenas 20 años, emigró en 1856 a México, con la finalidad de encontrar mejores oportunidades y lograr una posición comercial que sirviese de satisfacción y holganza a sus padres en su vejez y de estímulo y emulación de sus hermanos en sus años juveniles.

Bruno, establece en México la firma comercial “Zaldo Hermanos y Cía.”, donde adquiere gran solvencia económica. Poco a poco, van llegando a México todos sus hermanos a trabajar en cuantos negocios tiene creados Bruno.

Dionisio, el quinto de los hermanos, nacido el 9 de octubre de 1846 en Pradoluengo, se traslada a México en 1864, trabajando con su hermano y siendo el fundador en 1873 del “Centro Mercantil de Veracruz”.

Fue un hombre trabajador que hizo mucho dinero y que su gran generosidad le hizo contribuir en grandes obras benéficas. Nunca estuvo casado, ni tuvo descendencia alguna, por lo que siempre quiso contribuir al bienestar de los demás.

El 14 de julio de 1874, Dionisio, en la ciudad de Veracruz, firma su testamento en el que en su apartado nº4 dice: “Es mi voluntad que del tercio de mis bienes de que puedo disponer con arreglo a las Leyes, se funde un Hospital Asilo de la Caridad, en la Villa de Pradoluengo de la provincia de Burgos en España, con las rentas necesarias para su sostenimiento en la inteligencia de que no podrá invertirse en esa Fundación, más que $15.000, nombrando para que lleve a efecto esta obra a mis dos hermanos Don Bruno y Don Eugenio Zaldo”.

De 1896 a 1976 - El hospital Asilo

A partir de ese momento el Hospital Asilo de Pradoluengo se pone en marcha. Don Dionisio fallece en Pradoluengo en 1896 por lo que D. Bruno y sus hermanos se hacen cargo de poner en marcha el legado de su hermano Dionisio.

Contratan a uno de los mejores Arquitectos del momento, Juan Bautista Lázaro de Diego, leonés, restaurador de la Catedral de León y autor del Proyecto de la Cárcel Modelo de Madrid.

El 20 de junio de 1899 se bendice la primera piedra del que sería el nuevo edificio, por el Sr. Arzobispo de Burgos, Fr. Gregorio María de Aguirre. y el 30 octubre 1901, por el mismo Prelado que bendijo la primera piedra, se bendice el Hospital Asilo San Dionisio ya finalizado y listo para su utilización.

El 5 de enero 1902, dos meses largos llevaba finalizada la obra del Hospital y no había ningún asilado en él. ¿Motivos? Que cuantos solicitaban su ingreso no reunían las condiciones exigidas, ya que debían ser pobres de solemnidad. Por ello, hasta el 5 de enero de 1902, no fueron admitidos los primeros residentes, que fueron Luis, Pedro y Vicenta Mingo, Bernardo Sancha, Julián y Josefa Martínez, Valeriana Ubilla y Estefanía García.

El Hospital inicia su andadura bajo la Dirección de las Hijas de la Caridad, siendo la primera Superiora de la Comunidad, Sor Bonifacia Avinzano Irurozqui y que estuvo al frente del mismo hasta 1938 en que falleció.

También llegó Sor Benita González Enjuta, todo nervios y no parando un momento como pedigüeña para bien del Hospital. Estuvo en el Centro más de 50 años, siendo muy querida por todo Pradoluengo.

En 1894, llega como Médico a Pradoluengo D. Adolfo Miguel Rico, quién se hace cargo de los Servicios Facultativos del Hospital desde su fundación.

El 31 enero 1934 fallece D. Clemente Zaldo Rivera, último de los hermanos fundadores del Hospital.

Durante 25 años, desde el 1926 al 1951, el Hospital dio 131.849 estancias, siendo 80.078, correspondientes a enfermos y 51.771 a asilados, lo que da un promedio de estancias diarias de 8,9 enfermos y 5,6 asilados. Los asilados se van reduciendo por la creación del Subsidio para la vejez, que hace desaparecer a un buen número de personas indigentes.

El 28 julio 1936, el Sr. Alcalde de Pradoluengo, D. Celestino de Miguel, se dirige por escrito al Presidente de la Junta del Hospital Asilo, requisando cuantas camas tenga dispuestas en el Hospital, por si fueran necesarias para acoger a los posibles heridos de los que se hallan peleando en favor de España. Afortunadamente no fue necesaria la utilización de cama alguna.

El 6 abril 1940 visita el Hospital el EXCMO. Sr. General López Pinto, acompañado del Director General de Telefónica, que desde Madrid vinieron a Pradoluengo a inaugurar el Servicio Telefónico en la villa.

En el año 1942 se incorpora al Hospital Sor Inés Alcalde Cibrián, sobrina de D. Donato Alcalde, sacerdote de nuestra Parroquia. Llega de novicia y el 8 de diciembre de 1945, celebra su profesión en Pradoluengo. No sale de la villa hasta 1960, que fallece.

El 13 marzo 1953, con apenas 19 años, se incorpora al Centro, Sor Francisca Pérez, que estuvo con nosotros 23 años. Sale de Pradoluengo en 1975 para cursar estudios en la Escuela Superior de Expertos en la formación de Adultos, cerrando su Licenciatura con una magnífica Tesis sobre la residencia de Ancianos de Pradoluengo que presenta en la universidad Pontificia de Salamanca en 1992.

En Agosto de 1955, los problemas del Hospital comienzan a tener gran importancia. No existen ingresos económicos suficientes para el mantenimiento del Centro. Los presentes Estatutos apenas si dejan hacer los cambios necesarios para que el Hospital tome otro ritmo y otra forma de funcionamiento. Por razones de salud dimite del cargo de Presidente de la Junta D. Dionisio Román Zaldo, siendo relevado por D. Gervasio Zaldo Zaldo en 1956. En 1957 y por razones de salud, dimite como Vicepresidente, D. José Argüeso Cuesta.

En Octubre 1956, la Hermana Visitadora de las Hijas de la Caridad, gira visita al Hospital de Pradoluengo, con la intención de que se mejoren las condiciones en que están viviendo las Hermanas, o en caso contrario se las llevarán a otros destinos. La Junta, ante la imposibilidad de mejorar las condiciones, la dice que “si se las llevan, buscaremos sustitutas”.

En Diciembre 1956, fallece D. Jacinto García Villanueva, con más de 50 años como Secretario de la Junta del Hospital.

En Enero de 1958, la Hermana Visitadora vuelve a insistir sobre la retirada de las Hermanas, si no se las proporciona mejores medios para subsistir. Tras grandes esfuerzos la Junta propone una solución: habrá 10 pts. diarias de subvención por Hermana, y estas se quedarán en el Hospital. A primeros de este año 1958, tras 56 años entre nosotros, nos deja para siempre Sor Benita González, que junto con Sor Bonifacia como Superiora, inauguraron el Hospital, allá por 1901. Para ir solucionando los grandes problemas económicos, las monjitas crean un”Taller de costura” y realizan trabajos para el exterior.

En el año 1959, el edificio, estaba a un paso de cumplir 60 años y tenía necesidad de varias reparaciones. Arreglo del pasillo, cambio de ventanas y lavado de cara exterior, grandes retoques de importancia en el interior.... de manera que poco a poco se vaya haciendo la estancia más agradable. Todas estas obras se realizan gracias a un buen número de donativos que los vecinos de Pradoluengo aportan al conocer que la marcha del Hospital no va por buen camino.

En 1962, siguen los donativos y siguen las obras. Era tal la cantidad de vecinos que asistían a Misa los días de precepto, que la Capilla se había quedado pequeña. Por lo tanto para dar más cabida de fieles, se construye el Coro.

Este mismo año 1962, el Presidente del Patronato y la Superiora del Centro, reciben una carta del Consejo General de las Hijas de la Caridad, en la que expresan el acuerdo adoptado en la última reunión, de retirar a las Hermanas dentro de dos meses, conforme al artículo veinticuatro del contrato. La Junta de Patronos, los descendientes de los Fundadores y cuantos se sienten de Pradoluengo, comienzan a trabajar y mover resortes y consiguen que las monjitas no sean retiradas del Hospital.

En Mayo de 1969, con el fin de reportar ingresos para el Hospital, las Hermanas desean crear una Guardería Infantil, tan necesaria en Pradoluengo ya que muchas familias trabajan marido y mujer y tienen dificultades para cuidar a los hijos que aún no están en edad escolar. Es derribado un gallinero que tenía el Hospital y bajo el patrocinio de D. Gervasio Zaldo se construye una Guardería que da cabida a más de 20 niños que aportan 50 pesetas mensuales cada uno.

De 1977 a 1985 - Comienza el cambio

El Centro ha cambiado mucho. Se han reformado las habitaciones. Se han establecido lugares de convivencia, salas de estar, salas de juego y se ha creado un hermoso jardín para los días de verano. Con D. Gervasio Zaldo como Presidente, la Junta del Centro comienza a pensar en que hay que cambiar los estatutos y dar un giro total a la institución. La idea es cambiar la palabra “Asilo”, por la de “Residencía”.

El 7 de agosto de 1977, se incorpora a la Junta, D. Julio Marroquín Bartolomé, verdadero motor del cambio, ya que su cariño por el pueblo hace que ponga todo su empeño en sacar adelante nuestro Hospital.

El 13 octubre 1979, según el libro de Actas, en la Junta celebrada el día de la fecha se cita: “Se habló de la necesidad de ver como se podría comprar el terreno que está próximo al Hospital, lindero con la huerta que dispone en la parte posterior del edificio.” Ya estaba en marcha la ampliación. Lo primero era comprar el terreno.

En el año 1979, las Hermanas quedan vinculadas laboralmente en el Centro y son incluidas en el correspondiente Régimen de la Seguridad Social. Pasan a ser con todos sus derechos a empleadas de la Casa, con su correspondiente nómina y cotización a la Seguridad Social. Las Hermanas una vez más, nos dan una lección de caridad y renuncian al 70% de sus haberes a favor de la institución.

En Enero de 1981, Sor María Juana Sebastián Martín, llega a finales de 1979 a sustituir como Superiora a Sor María Manzanedo. Ella será quien viva todo el cambio. La finca lindante al edificio ya se había adquirido por un importe de 450.000, pts. Decididamente se acomete la construcción del nuevo edificio, bajo Proyecto del pradoluenguino, José Manuel Barbero García, quien realizó el mismo sin cobrar honorario alguno.

El 25 noviembre de 1982, se celebra la Junta General donde se presentan y aprueban los planos del nuevo edificio, ampliación de La Residencia. LUVIA DE DONACIONES. Desde Buenos Aires llega el legado testamentario de D. Fidel Calderón Silvestre, que dona 10.000, dólares en 1982. En diciembre de ese mismo año, se reciben 2.260.000, pts. del Departamento de Asuntos Sociales del Consejo General del Reino de Castilla y León. En 1983, Dña. Matilde López Angulo, deja su herencia de 3 millones de pts. Junto a estos donativos, otros de menor cuantía, que animan las arcas de la Residencia.

El 14 Agosto de 1983, a las 5 de la tarde se celebra la puesta de la primera piedra con gran solemnidad. No faltaron Autoridades, Banda de Música, reporteros gráficos y pueblo en general. Tras la colocación de la primera piedra, se celebra el VI Festival Pro-Residencia, que organizaba julio Marroquín, con una recaudación bruta de 604.625 pts. El presupuesto total de la obra de ampliación ascendía a 102 millones, de los que 51.527.264 pts. fueron donativos particulares. ¡Pradoluengo es así!.

El 30 de noviembre de 1985, por acuerdo del Ayuntamiento de la Villa, se rinde un emotivo y grandioso homenaje a las Hijas de la Caridad, llevaban atendiendo al Hospital, desde su fundación en 1901. A pesar de la fecha, mes de enero, acude todo el pueblo y para que nada faltase, lució el sol e hizo un día primaveral ¡Otro milagro de las monjitas!.

De 1985 a 2012 - Inaguración de la ampliación

El 1 diciembre de 1985, se inaugura la ampliación, con la asistencia del Excmo., y Rvdo. D. Teodoro Cardenal, Arzobispo de Burgos y Presidente Honorífico de la residencia, Excmo. Sr. Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Excmo. Sr. Consejero de Bienestar Social. Excmo. Sr. D. Tomás Cortés, Presidente de la Diputación de Burgos. Excmo. Sr. D,Miguel Iñiguez del Moral, Capitán general de la VI Región Militar, Sr. D.Eusebio Contreras, Alcalde de la Villa de Pradoluengo, Diputados y Senadores de la provincia... a quienes recibe D. Gervasio Zaldo y Zaldo, acompañado de la Junta de Patronos que el preside.

El 1 Marzo 1986, inaugurado el nuevo edificio y tramitados los correspondientes permisos para su utilización, se fija el 1 de marzo de 1986, para que empiece a ocuparse. Comentamos al inicio, que al inaugurarse el Hospital, hubo que esperar dos meses largos para admitir a los primeros asilados, porque quien solicitaba su ingreso, no reunía las condiciones necesarias. Pues bien, disponible la ampliación para ser ocupada con una larga lista de solicitantes, esta no es posible porque dos de las Hermanas están enfermas con una fuerte gripe, guardando cama. Los Doctores recomiendan, no dar acceso a más personal porque la enfermedad es muy contagiosa y puede ser peligroso. Pasados 20 días y recuperadas las monjitas, se llena la Residencia.

El 23 Mayo de 1988, se inaugura el Coro de la Capilla.La ampliación de la Residencia impide que el personal de la misma pueda acudir a los actos que se celebran en la Capilla donde apenas hay sitio para 30 personas, siendo 66 los residentes. Julio Marroquín echa mano de dos amigos suyos, empresarios del Automático, D. José Luis Montero y D. Pedro Peña, quienes financian la construcción de un Coro en la Capilla, que se inaugura el 23 de mayo de 1988.

El 31 Julio de 1993, frente a la fachada principal de la Residencia, existe una finca donada el 4 de enero de 1925 por D. Mariano Rivera Acha, que en los inicios del Hospital, sirvió de huerta donde se plantaban y recogían los alimentos que utilizaban para dar de comer a los asilados. Las cosas han cambiado y el 7 de septiembre de 1991, la Junta acuerda crear un Parque de Recreo para los asilados. En febrero de 1993 se adjudican las obras a Cesáreo Pérez García en 8.864.356 pts., que realiza en cuatro meses, siendo inaugurado el 31 de julio del mismo año.

El 9 de julio de 1994, se celebra un acto homenaje a Julio Marroquín Bartolomé, fallecido en enero del mismo año, y se da su nombre al Parque.

Año 1995.- TIEMBLAN LOS CIMIENTOS.- Se ha reformado el edificio inicial. Se ha construido uno nuevo. Se dispone de un bonito Parque. Se han duplicado los residentes. Junto a todo esto se ha multiplicado por 70 el presupuesto. Este año de 1955 asciende a 49.025.000 pts., frente a las 720.000 pts., en 1977. Se estudia el caso. Se respetará el ingreso a los pobres de solemnidad sin que tengan que aportar dinero alguno. Pero el resto de los residentes deberá aportar 70.000 pts., mensuales cada uno, para que el Centro pueda tener vida, contando además con las subvenciones.

El 5 de Agosto 1995, se convoca a una reunión a todos los residentes y familiares para explicarles el tema. Reunión que preside D. Gervasio Zaldo y donde el vocal Simón Echavarría expone el tema pormenorizando los gastos que se ocasionan. Del día 7 al 10 y de 5 a 7 de la tarde, se recibirá a los residentes y familiares, de forma individualizada, para escuchar sus opiniones. Las opiniones son para todos los gustos, pero la realidad es lo que hay. Todos aceptan el cargo de las 70.000 pts. mensuales, respetando la gratuidad para los pobres de solemnidad.

El 31 Mayo de 1997, Juan de Benito Ruiz, ocupa la Presidencia de la Junta, por enfermedad de D. Gervasio Zaldo, que llevaba 42 años como Presidente. Desde la fundación del Centro en 1901, Juan de Benito es el primer Presidente que no pertenece a la familia Zaldo.

El 30 Abril de 1998, fallece en Madrid, D. Gervasio Zaldo y Zaldo. Año 2000.- LAS COSAS SE ESTABILIZAN.- Parece que finalizadas las obras y acondicionamiento del nuevo edificio, y una vez establecida la cuota por residente y todos con ganas de trabajar por el Centro, la vida del mismo sigue adelante y con grandes visos de un buen funcionamiento. Desde el inicio del Hospital en el año 1901, hasta ahora como Residencia de Ancianos, la Fundación Zaldo es una institución sin ánimo de lucro y con un evidente fin social, cuyos beneficios siempre han sido empleados en mejorar sus instalaciones, Existe un gran número de residentes, en torno al 20%, que son pobres de solemnidad y no pueden aportar dinero alguno, pero la residencia les acoge con todo su cariño, porque ese era el fin de la creación del Hospital.

En Septiembre de 2000, por traslado a otro Centro, nos deja Sor María Rosa, ocupando su puesto de Superiora Sor Consolación Martín Gonzalo.

En septiembre del 2000 nos llega un Angel. Con 33 años de vocación y pradoluenguina de nacimiento, en septiembre del 2000, nos llega a la residencia Sor Begoña Zaldo García, ejerciendo la profesión de Enfermera encontrándose en la actualidad entre nosotros.

Ese mismo año 2000, se incorpora Sor Raquel Armas Rubio, una gran cantante que participa en todos los actos religiosos, muy querida por todos y que sigue en la Residencia haciendo feliz a los ancianos.

En el 2003, llega a formar parte de la Comunidad Sor M.a Sol Estévez Fernández, disfrutando en la actualidad de su presencia entre nosotros, con su simpático carácter gallego.

Era el año 2005, es cuando desde Perú donde estuvo de enfermera 27 años, llega Sor M.a Pilar Calle González. Cinco años más tarde, en el 2010 se incorpora Sor Herminia Barrajón Serrano, gran aficionada a la costura, y una gran modista. Y en 2012, forma parte de la Comunidad de las Hijas de la Caridad Sor María Fuentes Diego, también Enfermera y de origen Cántabro, que enseguida se gana la admiración, el cariño y el respeto de todos, siendo en la actualidad la Superiora del Centro. Este es el grupo de la seis Hijas de la Caridad que de forma voluntaria y sin recibir remuneración alguna, están las 24 horas del día en nuestra Residencia, aportando su trabajo y su cariño a cuantos allí conviven. Sin las Hijas de la Caridad, que han estado con nosotros los 117 años que lleva de vida nuestra Residencia, no hubiera sido posible su existencia.

Se acerca el año 2001 y se prepara la celebración de los 100 años de funcionamiento del Centro. Como recuerdo de lo que fue, dejamos junto a estas líneas fotografía y recortes de prensa de algo que los pradoluenguinos celebramos con todo el cariño del mundo. La vida de nuestra Residencia, es firme y muy apreciada para quienes la comparten. Prueba de ello, es que hay más de un 20% de solicitudes de personas residentes fuera de Pradoluengo. La solicitud de plazas es continua y la lista de espera mayor de los que fuera deseado. Por ello la Junta de Patronos comienza a plantearse la ampliación de la misma.